
Mañas lectoras: ¿un ritual o una obsesión?
Leo las anotaciones que tengo para escribir este texto: “lectora poliamorosa, hábitos, ansiedad, rituales, manías”. No sé cómo agrupar estas ideas, pero entiendo hacia dónde quiero ir: deseo indagar en aquellas obsesiones propias que rodean el acto de leer. Con el tiempo he descubierto cuáles son las que más adoro, las que ya están fijadas en mi cuerpo y en mi cabeza, las que no pueden faltar, porque si no están, simplemente no puedo leer.

El imaginario de Alberto Fuguet
Alberto Fuguet (1963). Escritor, periodista y cineasta, autor de No ficción, editado recientemente por Tusquets, y de los clásicos Mala onda, Sobredosis y Missing (una investigación).

El imaginario de Liliana Colanzi
Liliana Colanzi es escritora, periodista y editora boliviana. Ha publicado los libros de cuentos Vacaciones permanentes (2010), Nuestro mundo muerto (2016) y Ustedes brillan en lo oscuro (2022). En Chile ha publicado La ola (2014).

Pero no era tan fácil borrar el cuerpo como se borra la ciudad. Apuntes sobre Chilco de Daniela Catrileo
“Pero no era tan fácil borrar el cuerpo como se borra la ciudad” (p. 110), declara en un momento la primera persona de Chilco, una novela que con el lenguaje construye y demuele, arma y desarma; en la que los cuerpos resisten y la ciudad es borrada hasta desaparecer.

Microlecturas (o cómo andar en micro me enseñó a leer)
Los libros más importantes de mi vida los leí arriba de una micro. De varias, para ser preciso, aunque para mí, en ese entonces, a mediados de los 2000, todas las micros de Santiago eran una sola, la micro, un infernal y amarillo paquidermo de acero, monstruo manejado por otro monstruo, al cual debía subirme a diario, primero para regresar del colegio, después para ir y volver de la universidad.

El placer de comprar un nuevo libro
Tengo cuarenta libros pendientes en mi librero y una lista de diecisiete títulos que quiero comprar. Ambos números aumentan cada semana. En un principio me tranquilizaba saber que una vez que terminara la historia que estaba en mis manos, había otro par esperando su turno. El tema es que no sé cómo ese par se transformaron en cuarenta. ¿Cómo es que llegué a esa situación?